Un segundo. Es todo lo que toma un choque, un robo o un imprevisto para poner en riesgo tu patrimonio y tu tranquilidad.
¿Qué es estar realmente protegido?
Un seguro Todo Riesgo es tu escudo financiero total. No solo cubre lo obvio, sino que te blinda con beneficios que marcan la diferencia:
Daños a tu propio auto: Sea un rayón o una pérdida total, incluso si tú tuviste la culpa.
Daños a terceros: Cubre las lesiones o daños a los bienes de otros que causes en un accidente.
Robo y hurto: Protección si te roban el auto (total o parcialmente).
Asistencia 24/7: ¿Varado? Tienes grúa, carro taller, llantas... y Conductor Elegido para que siempre llegues seguro a casa.
Asesoría Jurídica: Abogados expertos a tu disposición si enfrentas un proceso legal por un accidente.
Pequeños accesorios y daños menores: Cubre esos golpes leves, espejos rotos o emblemas robados, de forma ágil y sin tanto trámite.
No es un gasto, es la garantía de que un mal día no se convierta en una deuda de por vida. Protege lo que tanto te costó. Conduce sin miedo.

